¿Cómo construye el Yoga la Tolerancia al Dolor?
Uno de los beneficios más destacados del yoga es su capacidad para fortalecer nuestra facultad de soportar los extremos, un concepto conocido como «do andress un annum». “duḥkha-anuśāna”, este término, de origen sánscrito, representa la idea de enfrentar el sufrimiento o los desafíos con determinación y resiliencia. Sin embargo, es importante entender que el concepto de dolor no se limita únicamente a la sensación física; también abarca el sufrimiento emocional, y psicológico que experimentamos cuando nos sentimos abrumados por las circunstancias de la vida.
En un mundo lleno de dualidades y conflictos, donde la vida nos empuja en direcciones opuestas, mantenernos centrados y equilibrados es fundamental para nuestro bienestar. Cuando perdemos esa conexión con nuestro centro interior, nos volvemos vulnerables al sufrimiento, ya sea en forma de dolor físico, emocional o psicológico. Aquí es donde el yoga juega un papel crucial al ayudarnos a re-conectar con nuestro ser interior, especialmente con el centro emocional del corazón.
Al practicar yoga, aprendemos a cultivar la estabilidad interna que nos permite mantenernos firmes incluso en medio de la adversidad. Esta conexión con nuestro ser interior nos brinda la capacidad de mantenernos ecuánimes y tranquilos, incluso cuando enfrentamos desafíos externos e inestabilidad en nuestro entorno. Esta estabilidad emocional nos proporciona una mayor tolerancia hacia las dualidades de la vida como lo son alegría y tristeza, éxito y fracaso y nos ayuda a enfrentar el dolor con valentía y compasión.
En resumen, el yoga nos ayuda a construir una mayor tolerancia hacia los extremos de la vida, lo que nos permite enfrentar nuestros desafíos con mayor fortaleza y resolución. Al entrar en contacto con nuestro ser interior y cultivar la estabilidad emocional, podemos navegar por las turbulentas aguas de la vida con gracia y serenidad, encontrando paz y equilibrio incluso en medio de la tormenta.